Otra de sus grandes aplicaciones es como antiséptico y antibacteriano siendo útil en infecciones virales, bacterianas y fúngicas. Su consumo diario en crudo contribuye a la curación de procesos infecciosos y a evitar las recaídas. El ajo es mucho más que un condimento, es un espantaenfermedades cargado de propiedades nutritivas y beneficios para la salud (los compuestos sulfúricos y sus múltiples fitonutrientes, le dieron esta fama). De ahí que lo de colgar ristras de ajos en las casas no sólo se hacía para espantar a los vampiros, sino porque ya en la Antigua Grecia, Hipócrates, padre de la medicina moderna, lo utilizaba para tratar distintas enfermedades. Su consumo habitual puede ayudar a hacer mejor la digestión, a absorber mejor los nutrientes de los alimentos, y también optimiza las funciones del páncreas y del hígado. Mejora: la circulación de la sangre, bueno para el hígado, para resfriados y afecciones pulmonares, reduce los niveles de colesterol, cuida nuestro aparato digestivo, etc.
Las frutas y verduras bio, un seguro para la salud del corazón.